Directamente, desde la sección «mi mansión es más grande que la tuya» de la revista ‘HOLA’, analizamos los puntos de fuga del salón de Paula Echevarría:
En este caso, ubicamos dos puntos de fuga al tratarse de una perspectiva en la que entran en juego 3 dimensiones: planta, alzada y perfil.
El horizonte puede trazarse aproximadamente a la altura de la cabeza de la protagonista, pues vemos la parte de la mesa de su derecha (lo que nos indica que miramos desde más arriba), pero ya no vemos esa zona del mueble que tiene detrás a la izquierda (entendiendo que estamos en altura o por debajo de este objeto).
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Para el siguiente análisis he escogido al maestro de la simetría, Wes Anderson, con un fotograma de su genial Gran Hotel Budapest.
Un único punto de fuga marca el centro de la imagen del que emanan todas y cada una de las líneas, estructuras y detalles del plano. Anderson no olvida centrar y compensar ninguno de los elementos de la composición.
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Por último, este es el paisaje urbano que asoma a través de mi ventana:
La mayoría de mi campo de visión queda ocupado por el edificio de enfrente, que me permite establecer el horizonte observando los balcones.
Gracias a la carretera que queda a la derecha, puedo trazar el punto de fuga y, de esta manera, tengo una guía para trabajar la perspectiva en el edificio del fondo.